Por Alejandro Garzón
El poder popular es la esencia misma de la democracia genuina, una fuerza que emana directamente de la participación activa y consciente del pueblo. No se trata solo de ejercer el derecho al voto cada dos o cuatro años, sino de involucrarse constantemente en la toma de decisiones que afectan nuestras vidas y nuestras comunidades. Es la verdadera expresión de la soberanía del pueblo.
Este poder reside en la organización y la movilización de las bases, en la capacidad del pueblo para unirse y luchar por sus derechos y por una sociedad más justa e igualitaria. Es la voz colectiva que se alza contra las injusticias, la que demanda transparencia, equidad, distribución de la riqueza y respeto. Es la manifestación del derecho a decidir nuestro propio destino sin depender de las imposiciones de quienes ostentan el poder económico o político.

El poder popular se construye día a día, en cada asamblea barrial, en cada marcha, en cada acto de solidaridad etc. Es el empoderamiento de los sectores más vulnerables, aquellos a quienes el sistema muchas veces ignora o margina. Es la educación popular, que nos enseña a cuestionar, a criticar y a proponer alternativas viables para transformar nuestra realidad.
Para que el poder popular sea efectivo, necesitamos confianza en nuestras propias capacidades, un objetivo claro y la fuerza de la unidad. Debemos fomentar la participación activa, la cooperación y el sentido de comunidad. Es fundamental reconocer que cada una y cada uno de nosotros tiene un rol importante que desempeñar, y que nuestras acciones, por pequeñas que parezcan, pueden generar grandes transformaciones.
El poder popular es la convicción de que juntos y juntas podemos construir un mundo más equitativo y humano. Es la resistencia ante la adversidad, la firmeza en nuestros principios y la pasión por la justicia social.
Recordemos siempre que el poder está en el pueblo y que, cuando nos unimos, somos imparables. Es momento de levantar la voz, de organizarnos y de trabajar incansablemente por el bienestar de todas y todos. El poder popular es nuestro derecho y nuestra responsabilidad. Hagámoslo nuestro y construyamos juntos el futuro que merecemos.
