Hoy me entero de que el Secretario General de ATE Santa Cruz, Carlos Garzón, ante un nuevo «fracaso» de la paritaria salarial de la administración pública central, convocó a un PARO PROVINCIAL de 72 hs para la semana que viene. Ok, bravo por eso. Pero lo que no puedo entender es por qué este Sr. sigue convocando a paros ante el fracaso de las paritarias, sin convocar a asambleas en los distintos sectores de trabajo y en las 10 seccionales, para darse cuanta y así saber el sentir y la bronca de las y los trabajadores. De esa forma se daría cuenta y se podría organizar un verdadero PARO PROVINCIAL con machas para quebrar definitivamente la oferta salarial que está proponiendo en la mesa de paritaria el gobernador Claudio Vidal. Me pregunto: ¿por qué tanto miedo a convocar a asambleas en los sectores de trabajo? ¿Por qué, a meses de terminar el año, se acordaron de luchar por un aumento salarial? ¿Por qué ahora se acordaron de hacer cumplir el Convenio Colectivo de Trabajo para que las y los compañeros ingresen a su planta permanente? ¿Por qué este dirigente no tiene el coraje de hablar en la Casa de Gobierno y decirle al Gobernador Vidal lo que las y los trabajadores del Estado sienten ante la situación de vulnerabilidad y desespero social en la que están? ¿Por qué aísla los conflictos sectoriales y no los unifica para tener más poder en cada negociación salarial?
Lo cierto es que ya no hay forma de que este «dirigente» entienda que el poder de ATE está en las y los trabajadores, y no en algunos «dirigentes» encerrados en cuatro paredes decidiendo el futuro de las y los trabajadores, y que, encima, se olvidan de que nosotros, las y los trabajadores, tenemos el derecho de participar en las asambleas y a discutir y decidir sobre nuestro salario.
En los tiempos difíciles que estamos viviendo, y ante lo que se avecina, las y los trabajadores no necesitamos un sindicalismo cómplice de la patronal y que “haga que lucha”; necesitamos un sindicalismo fuerte, con delegados y delegadas en cada sector de trabajo, con dirigentes que se la jueguen y que honren su cargo, por el cual fueron elegidos.
ATE tiene mucha historia, y a esa historia hay que respetarla. Los inexpertos «dirigentes» se tienen que dedicar más a convencer a las y los afiliados para empoderarla, para que salga a luchar en la defensa de todas sus conquistas y por mejores salarios, y no a sobreestimarla con discursos baratos y sin fundamentos.
ATE Santa Cruz tiene que retomar la senda de esa historia, donde cada compañera y compañero se sentía orgulloso de llevar su bandera y su pechera verde.
Por eso, es hora de que en cada ciudad, localidad, comisión de fomento y paraje de nuestra provincia se vuelva a escuchar ese grito de libertad y poder: #SoyDeAte.