Opinión

¡Viva la Revolución Bolivariana!

Por Alejandro Garzón La reciente victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de Venezuela, anunciada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) es un hito significativo que merece ser celebrado. Este triunfo no solo representa la reafirmación del liderazgo de Maduro, sino también la resistencia y la determinación del pueblo venezolano frente a las adversidades. Durante meses, la extrema derecha, con el apoyo de grandes empresas de comunicación hegemónicas de gran parte del mundo, ha intentado deslegitimar el proceso electoral y sembrar dudas sobre su legitimidad. Estos intentos no son nuevos; forman parte de una campaña internacional constante de desinformación y manipulación que busca socavar la moral del pueblo de Venezuela. A pesar de estar asediado por un bloqueo económico y sanciones impuestas por Estados Unidos, el pueblo venezolano ha demostrado una y otra vez su capacidad de resistencia. La extrema derecha, encabezada por figuras como Corina Machado, ha intentado instalar un discurso de odio y división, incluso pidiendo la invasión militar de su país solo porque gobierna un presidente que no se arrodilla ante los intereses del imperio yanki. Sin embargo, el pueblo ha respondido con amor, unidad, firmeza y convicción. El mensaje que ha prevalecido en Venezuela por parte del chavismo y otros partidos políticos no oficialistas no solo durante la campaña, sino en todo momento, ha sido claro: paz, respeto por los resultados y un llamado constante al diálogo. Nicolás Maduro ha insistido en la importancia de construir un país para todos, donde las diferencias políticas se resuelvan mediante el entendimiento y la cooperación. Es crucial destacar que el pueblo venezolano no se deja engañar por los intentos de la derecha de imponer un cambio que solo beneficiaría a las élites y al gobierno de los EE.UU. La Revolución Bolivariana ha sido un faro de esperanza y justicia para muchos, y su continuidad es vital para garantizar un futuro donde la dignidad y la soberanía del pueblo sean respetadas. En este contexto, no podemos dejar de reconocer y celebrar el valor y la perseverancia de los venezolanos y las venezolanas. Su lucha es un ejemplo para toda América Latina y el mundo. La victoria de Nicolás Maduro es la victoria de un pueblo que defiende con coraje su derecho a decidir su propio destino. Desde el Sur de Argentina, alzamos nuestra voz en solidaridad con Venezuela y su Revolución Bolivariana. ¡Viva Venezuela libre y soberana! ¡Viva la Revolución Bolivariana! ¡Viva Chávez! ¡Viva Maduro!

Soldada Patriótica Niega el Saludo a María Machado en Plena Elección Venezolana

Por Alejandro Garzón En un momento que quedará marcado en la memoria de muchos, durante las elecciones en Venezuela, la reconocida figura opositora María Corina Machado intentó extender su mano hacia una soldada patriótica, buscando un gesto de cordialidad. Sin embargo, la soldada, con firmeza y dignidad, rechazó el saludo, enviando un claro mensaje de lealtad y compromiso con los valores que defiende. Este acto, que se desarrolló en medio de un clima electoral decisivo, simboliza la fortaleza y determinación del pueblo venezolano, especialmente de aquellos que están al servicio de la patria. La negativa de la soldada no solo fue un rechazo a un gesto político, sino una reafirmación de su compromiso con la soberanía y la integridad de Venezuela. Es importante destacar y felicitar a esta valiente soldada, cuyo nombre aún no ha sido revelado, por su firmeza y valentía. Su acto no es solo un reflejo de sus principios personales, sino también un recordatorio de que, en tiempos de sanciones económicas y desafíos, hay quienes están dispuestos a mantener la dignidad y el honor de su nación por encima de cualquier presión o influencia externa. En un momento donde la política venezolana atraviesa aguas turbulentas por el ataque permanente de la derecha fascista, gestos como el de esta soldada renuevan la esperanza y la confianza en aquellos que velan por la protección y el bienestar del país. La soldada ha demostrado que la lealtad a la patria y a sus valores no puede ser fácilmente socavada, y su acción resuena como un eco de resistencia y orgullo en el corazón de Venezuela. ¡Bravo a esta soldada patriótica por su valiente gesto! Que su ejemplo inspire a muchos más a seguir firmes en la defensa de la nación y sus principios. ¡Viva Venezuela

La Exención del Impuesto a las Ganancias para los Petroleros: Un pacto político y económico a espaldas del pueblo

Por Alejandro Garzón Ayer, los medios de comunicación dieron la noticia del Secretario General del Sindicato Petrolero, Gas Privado, y Energías Renovables, Rafael Güenchenen, presentando la exención del impuesto a las ganancias como un triunfo rotundo. Pero, como suele suceder, no todo lo que reluce es oro, y es nuestro deber desenmascarar la realidad detrás de este supuesto logro. Estamos de acuerdo en que los trabajadores petroleros merecen la exención del impuesto a las ganancias. No obstante, no podemos aceptar que esta medida se obtenga sacrificando el bienestar y los intereses de toda la clase trabajadora. Como decimos siempre, el salario no es ganancia. Mientras tanto, Milei se dedica a eximir de impuestos a las empresas transnacionales y avanza con una reforma laboral que beneficia a los empresarios y arrebata derechos al movimiento obrero. La reciente «victoria» anunciada por Rafael Güenchenen, sobre la exención del impuesto a las ganancias para el sector petrolero, es en realidad una cortina de humo que encubre una maniobra política turbia. La estrecha colaboración entre Claudio Vidal y Javier Milei queda al descubierto con esta medida. Este acuerdo no ha surgido por azar. La aprobación de la Ley Bases que garantizo el Gobernador Vidal con sus Senadores y Diputados y la inminente firma del acta del Pacto de Mayo, como lo ha anunciado el jefe de Gabinete Guillermo Francos, son prueba palpable de un plan tramado en secreto. Estos arreglos, negociados a puertas cerradas, demuestran la subordinación a los intereses de los poderosos. Vidal ha logrado tranquilizar a medias el frente interno con esta exención, pero a un costo exorbitante. Su verdadera prioridad es satisfacer a los grandes grupos económicos y someterse a los caprichos y aprietes de Milei, en lugar de defender los derechos de todos los trabajadores de la provincia, quienes nuevamente deberán enfrentar el impuesto a las ganancias. Este movimiento calculado busca sofocar la crítica, el descontento y la resistencia de un sector crucial, mientras se avanza con una agenda privatizadora y neoliberal. Es crucial que los trabajadores permanezcamos atentos, organizados y unidos ante estas maniobras. La exención del impuesto a las ganancias no es un gesto genuino, sino una estrategia para dividir y neutralizar la lucha obrera que se avecina. Los trabajadores petroleros no deben dejarse engañar: sus derechos están siendo usados como moneda de cambio en un juego político que solo beneficia a unos pocos. Exigimos a quienes gobiernan Santa Cruz que sean transparentes y leales a los verdaderos intereses de toda la clase trabajadora, no solo a un sector. El gobierno nacional, que ha mostrado poco interés en el bienestar de los trabajadores, acaba de publicar la reglamentación de la reversión del impuesto a las ganancias. En el artículo 7 del decreto Nro. 652/2024, se aclara que el «personal de pozo» estará exento de este impuesto. En definitiva, la exención del impuesto a las ganancias para los petroleros es otro ejemplo de cómo se manipulan las necesidades de los trabajadores para beneficiar a intereses ajenos. Aunque representa un logro para el «personal de pozo» deja fuera a otros sectores de la industria petrolera. Esta maniobra, divide y debilita la unidad del movimiento obrero. Los efectos negativos de este pacto se verán pronto, sobre todo con la privatización inminente de la empresa YCRT. Tal como hacían los compañeros de la CGT de los Argentinos, debemos mantenernos firmes y exigir una solución justa y equitativa para todos los trabajadores y trabajadoras, sin ceder ante intereses que buscan dividir y debilitar la lucha obrera.

La Argentina de Milei: 50 Pymes Cierran por día, una crisis de deshumanización

Por Alejandro Garzón En la Argentina de Javier Milei, donde se pregona la libertad económica y la eliminación del Estado, nos enfrentamos a una realidad alarmante: 50 pymes cierran sus puertas cada día. Este dato, revelado por el titular de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales, Leo Bilanski, no es solo una cifra fría, sino el reflejo de una crisis profunda que atraviesa nuestra sociedad, una crisis de deshumanización. Cada cierre de una pequeña y mediana empresa representa un golpe devastador a nuestra economía y nuestro tejido social. Las pymes no son solo unidades económicas; son el corazón de nuestras ciudades y barrios, generadoras de empleo y oportunidades para miles de trabajadores y trabajadoras. Sin embargo, en el modelo económico de Milei, donde se privilegia a los grandes capitales y se desmantela el tejido social, los trabajadores son expulsados a la pobreza. Despojados de sus empleos, enfrentan la incertidumbre y la desesperanza. Familias que antes vivían con dignidad, ahora luchan por sobrevivir en un entorno cada vez más hostil y deshumanizado. La deshumanización no es solo económica. Es una crisis de valores, donde el individuo y su bienestar se ven relegados ante el avance de políticas que benefician a unos pocos poderosos. La destrucción de nuestras pymes es el síntoma de una enfermedad más profunda: la pérdida de la empatía y la solidaridad en la construcción de nuestra sociedad. El modelo económico de Javier Milei está conduciendo al país a un abismo. Las pymes, que son las principales fuentes de empleo y motores del desarrollo local, están siendo exterminadas bajo un régimen que solo beneficia a las grandes corporaciones y a los sectores más privilegiados. Esta política de desregulación extrema y desmantelamiento del Estado ha generado una crisis sin precedentes, condenando a miles de trabajadores y trabajadoras a la miseria. Este modelo económico que nos arrastra hacia la pobreza y a la indigencia debemos enfrentarlo con mas organización popular. En ese sentido debemos luchar por una Argentina donde cada pyme tenga la oportunidad de crecer y prosperar, donde cada trabajador pueda vivir con dignidad y seguridad. Porque un país que abandona a sus pymes y a sus trabajadores, abandona su futuro y su alma.

Viva el Internacionalismo Proletario: Un Llamado a la Unidad Global

Por Alejandro Garzón En un mundo marcado por desigualdades crecientes y conflictos devastadores, las palabras de Fidel Castro, pronunciadas en un acto en Rusia, resuenan con una fuerza renovada y urgente. «¡Viva el internacionalismo proletario!» exclamó el líder revolucionario, recordándonos la importancia de unir fuerzas más allá de las fronteras nacionales para enfrentar las injusticias y desafíos que enfrentamos hoy. El internacionalismo proletario, que alguna vez fue el faro de esperanza para millones de trabajadores y trabajadoras alrededor del mundo, debe ser revitalizado en nuestra lucha actual. Hoy, más que nunca, es crucial que los pueblos de todas las naciones se unan en una causa común contra la opresión, la explotación y la violencia que azotan nuestras sociedades. Los tiempos que vivimos nos exigen solidaridad y acción conjunta. Las políticas neoliberales y capitalistas han exacerbado la desigualdad, despojando a las y los trabajadores de sus derechos y dignidad. En América Latina, Asia, África, Europa y más allá, vemos un patrón de represión y explotación que sólo puede ser combatido a través de la unidad internacional. El llamado de Fidel no es simplemente una evocación del pasado; es una invitación a construir un futuro donde la justicia social, la igualdad y la paz sean pilares fundamentales. Los movimientos populares, sindicatos, partidos políticos y organizaciones sociales deben fortalecer sus lazos, intercambiar experiencias y apoyarse mutuamente en esta lucha global. En Argentina, como en tantas otras partes del mundo, enfrentamos desafíos monumentales. Las medidas económicas regresivas, la represión de las protestas sociales y el desmantelamiento de derechos conquistados son solo algunas de las batallas que libramos diariamente. Pero no estamos solos. Nuestra lucha es parte de una lucha mayor que abarca todos los rincones del planeta. El internacionalismo proletario nos enseña que la verdadera emancipación no conoce fronteras. La lucha por la justicia y la igualdad debe trascender las diferencias nacionales y unificar a los oprimidos del mundo entero. Así como las y los trabajadores argentinos se levantan contra la explotación y la devastadora situación económica, también lo hacen en otros países. Es nuestra responsabilidad apoyarnos y aprender unos de otros. Las palabras de Fidel son un recordatorio poderoso de que, unidos, somos más fuertes. Alzamos nuestras voces en un clamor unificado por un mundo más justo, donde cada ser humano pueda vivir con dignidad y respeto. Viva el internacionalismo proletario, viva la unidad de los pueblos. Porque sólo juntos, a través de la solidaridad y la acción colectiva, podemos construir un futuro donde prevalezcan la justicia, la igualdad y la paz.

La Hipocresía de Trump y la Dignidad de los Líderes Latinoamericanos y Caribeños

Nota Opinión | Alejandro Garzón Recientemente, hemos visto a líderes de Latinoamérica y el Caribe repudiar el ataque a Donald Trump en un acto partidario. Este gesto de solidaridad y respeto humano contrasta drásticamente con las actitudes que Trump y diversos gobiernos de Estados Unidos han tenido hacia nuestros presidentes y pueblos a lo largo de la historia. La diferencia es abismal, y nos obliga a reflexionar sobre quién es realmente el mal del mundo. Mientras los líderes del sur defienden la paz y la democracia, Trump y sus predecesores han sido responsables de guerras, invasiones y asesinatos. El sur ha sido víctima de operativos mediáticos destinados a desestabilizar gobiernos legítimos, creando caos y sufrimiento en nuestras tierras. La intervención en América Latina no es una novedad; es una constante en la política exterior estadounidense, siempre con el objetivo de mantener su hegemonía a costa de la soberanía de nuestras naciones. El repudio ante el intento de asesinato de los líderes latinoamericanos y caribeños a Trump a muestra una altura moral que contrasta con la política del miedo y la coerción que Estados Unidos ha desplegado históricamente en la región. La dignidad de nuestros líderes es una muestra de que, pese a las agresiones, seguimos firmes en nuestros valores de respeto y solidaridad. Es irónico que Trump, un hombre que ha promovido el odio, la división, el individualismo y el desprecio hacia otros pueblos, reciba el apoyo de aquellos a quienes ha denigrado. Pero esta es la grandeza de nuestros líderes: no se dejan llevar por el rencor, sino que actúan desde la justicia y la ética. Debemos preguntarnos quién es realmente el mal del mundo. Los hechos hablan por sí mismos. Mientras el norte despliega violencia y manipulación, el sur responde con dignidad y humanidad. Esta diferencia abismal no solo revela la hipocresía de Trump, sino que también resalta la nobleza de la mayoría de las y los líderes de Latinoamérica y el Caribe. Es tiempo de reconocer quiénes son los verdaderos defensores de la paz y la democracia. Es tiempo de levantar nuestras voces y exigir un mundo donde el respeto y la soberanía de cada nación sean prioridad, por encima de los intereses de poder y dominación.

Reflexión: La Traición y sus Consecuencias

Reflexiones | Alejandro Garzón En nuestra vida cotidiana, enfrentamos situaciones en las que la traición nos sorprende y nos deja con un sentimiento de desilusión. La frase «La gente te traiciona sin saber que ellos pierden mucho más» nos invita a reflexionar sobre las verdaderas consecuencias de la traición. Cuando alguien traiciona, puede parecer que quienes sufren son los traicionados. Sin embargo, la pérdida más significativa la experimenta el traidor. La traición destruye la confianza y el respeto que son fundamentales en cualquier relación. Quien traiciona pierde la oportunidad de formar lazos genuinos, de construir relaciones basadas en la lealtad y la comprensión. En la sociedad, valoramos la honestidad y el compromiso. La traición, por más dolorosa que sea, no debe desviarnos de nuestros valores ni apagar nuestra esperanza. Aquellos que traicionan se privan a sí mismos de la posibilidad de vivir en un entorno de apoyo y colaboración, donde la integridad es la base de todas las interacciones. Es importante seguir adelante, manteniendo la cabeza en alto y recordando que nuestra fortaleza radica en nuestra capacidad de confiar y amar a pesar de las adversidades. La traición es una prueba que revela el verdadero carácter de las personas. Los traidores, al final, se pierden a sí mismos y las relaciones que podrían haber enriquecido sus vidas. Como sociedad, debemos mantenernos unidos y firmes en nuestros principios. La traición no debe detenernos ni desanimarnos. Debe fortalecer nuestra determinación de construir un futuro mejor, basado en la confianza, el respeto y la solidaridad.

Jugarse por la Patria: El legado de nuestros Próceres

Por Alejandro Garzón En nuestra historia, la lucha y el sacrificio por la Patria han sido la columna vertebral de nuestra identidad nacional. Desde los tiempos de San Martín, Belgrano, Güemes, Remedios del Valle, Juana Azurduy, Mariano Moreno, Bernardo de Monteagudo y tantos otros, el sueño de una nación libre, justa y soberana ha sido una constante fuente de inspiración y valentía. San Martín cruzó los Andes con la convicción de liberar a los pueblos oprimidos, dejando una huella imborrable de coraje y determinación. Belgrano, con su inquebrantable espíritu patriótico, nos legó la bandera que hoy enarbolamos con orgullo. Güemes, defensor incansable de nuestra tierra, mostró que la resistencia y la lucha son esenciales para preservar la libertad. Remedios del Valle y Juana Azurduy, con su valentía y compromiso, nos enseñaron que el amor por la patria no tiene género ni límites. Moreno, con su visión de un país equitativo y justo, plantó las semillas de una nación donde la equidad y la justicia sean pilares fundamentales. Monteagudo, un ferviente defensor de la independencia y la libertad, fue un incansable luchador por la emancipación de América Latina. Sus escritos y acciones reflejan su profunda convicción de que solo a través de la unidad y la soberanía económica, política y social podríamos alcanzar una verdadera independencia. Su legado nos recuerda que la lucha por la libertad es integral y abarca todas las esferas de la vida. Estas figuras históricas no solo realizaron grandes hazañas, sino que también dejaron un legado de compromiso y sacrificio por el bienestar de la nación. Nos mostraron que, aunque nuestros esfuerzos puedan parecer pequeños, cada acción cuenta en la construcción de un país mejor. Sin embargo, también nos enseñaron que la omisión y la indiferencia pueden tener consecuencias devastadoras. Para las nuevas generaciones, el mensaje es claro: vale la pena jugarse por la Patria que soñaron nuestros próceres. La construcción de un país más justo, solidario y económicamente libre requiere el esfuerzo y la dedicación de todos y todas. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de tomar el sable que dejaron nuestros antepasados y continuar la lucha por una Argentina más libre y soberana. No podemos permitir que el sacrificio de esos hombre y mujeres que nos precedieron se diluya en la inacción o el conformismo. Es crucial recordar que la historia no solo se escribe con grandes gestas, sino también con los pequeños actos de compromiso y solidaridad en el día a día. Que cada paso que demos, cada esfuerzo que hagamos, sea un homenaje a la valentía y al amor por la Patria de quienes nos dieron su vida para la independencia de nuestro país. No dejemos que la indiferencia y la falta de acción empañen su legado. Recordemos siempre que al final, seremos juzgados no solo por lo que hicimos, sino también por lo que dejamos de hacer. Por una Argentina que honre a sus héroes y heroínas, y que inspire a las futuras generaciones a luchar por los sueños de una patria grande, justa y económicamente libre. Juguémonos por esa Patria que San Martín, Belgrano, Güemes, Remedios del Valle, Juana Azurduy, Moreno, Monteagudo y tantos otros soñaron. Porque vale la pena, siempre, jugarse por la Patria.

Impacto del Cierre de Empresas en el Régimen de Javier Milei

Alejandro Garzón / Presidente de Unidad Popular En apenas seis meses de la gestión de Javier Milei, Argentina ha sido testigo del cierre de 3,559 empresas. Esta cifra, que representa más que simples números, refleja una realidad angustiante: miles de trabajadores y trabajadoras han perdido su fuente de ingreso. La pérdida de estos empleos no solo afecta a los individuos directamente involucrados, sino que tiene un impacto devastador en el tejido social de nuestro país. Cada empresa que cierra es una historia de esfuerzo truncada. Son puestos de trabajo que sostenían a familias y alimentaban sueños de progreso. Cuando una empresa baja sus persianas, no solo desaparece una fuente de ingresos, sino que se disuelve un entramado de relaciones económicas y sociales. Los proveedores pierden clientes, los comercios locales ven disminuida su actividad, y el efecto dominó llega hasta los hogares, donde la incertidumbre y el miedo al futuro se instalan. El cierre de empresas también tiene un impacto profundo en la vida familiar. Las familias sin ingresos estables enfrentan desafíos que van más allá de lo económico. La falta de trabajo genera estrés, tensión y desesperanza. La dificultad para cubrir necesidades básicas como la alimentación, la educación y la salud socava la estabilidad emocional y psicológica de las personas. Los niños y niñas, que son el futuro de nuestro país, crecen en un ambiente de precariedad y limitaciones, afectando su desarrollo y oportunidades. En estos tiempos, el gobierno de Milei ha optado por políticas que desregulan y desprotegen, abrazando un anarco-capitalismo que favorece a unos pocos a costa del bienestar de la mayoría. El mercado, dejado a su suerte, no se regula solo; necesita de un Estado que garantice equidad y justicia. La falta de intervención y apoyo estatal agrava la situación, dejando a las y los trabajadores desamparados frente a la voracidad del capital. La Argentina que soñamos es una en la que cada persona pueda acceder a un trabajo digno, con derechos y oportunidades. Es urgente que el gobierno recapacite y ponga en marcha políticas que fomenten el empleo, protejan a las empresas nacionales y apoyen a las familias trabajadoras. No podemos permitir que el costo de esta gestión recaiga sobre quienes día a día construyen nuestro país con su esfuerzo y dedicación. Enfrentemos esta crisis con solidaridad y lucha, exigiendo un cambio de rumbo que priorice el bienestar de todas y todos los argentinos. Porque detrás de cada empresa que cierra, hay vidas que necesitan ser defendidas y derechos que deben ser garantizados.

Restaurando la Grandeza de la Copa América en Latinoamérica.

Nota de opinión/Alejandro Garzón La decisión de celebrar la Copa América en Estados Unidos marca un punto de inflexión preocupante para nuestro continente. Esta histórica competencia, arraigada en la pasión y la identidad latinoamericana, ahora se ve desplazada hacia tierras extranjeras, alimentando una hegemonía que no debería existir en el ámbito deportivo. Es comprensible que las consideraciones económicas jueguen un papel crucial en estas decisiones, pero ¿a qué costo? Nuestro continente pierde la oportunidad de destacarse como anfitrión y de fortalecer la unión entre sus naciones a través del deporte. En cambio, se somete a los intereses geopolíticos y económicos de una potencia extranjera, desdibujando los valores deportivos que deberían primar en una competencia como esta. La CONMEBOL y la dirigencia del fútbol latinoamericano deben reflexionar sobre su papel como guardianes del deporte en nuestra región. No deberían arrodillarse ante los intereses de ningún país, especialmente aquellos que no comparten nuestra historia, cultura y pasión por el fútbol. Es hora de reafirmar nuestra identidad deportiva, devolviendo la Copa América a su hogar latinoamericano y asegurando que las decisiones futuras se basen en lo que realmente enriquece y fortalece a nuestros países. En última instancia, la verdadera grandeza de la Copa América reside en su capacidad para unir a Latinoamérica en un espíritu de competencia justa y camaradería deportiva, no en servir como un instrumento para la proyección de poderío extranjero. Es hora de que la CONMEBOL y los representantes del fútbol en cada país de nuestra región defiendan con valentía esos principios, asegurando que nuestro continente recupere su lugar como el verdadero protagonista de su propia historia futbolística.