Opinión

La doble vara de Estados Unidos: Elecciones y políticas internacionales

Alejandro Garzón* En el ámbito internacional, Estados Unidos ha demostrado, una vez más, que aplica la doble vara cuando se trata de evaluar la legitimidad de los gobiernos en función de sus intereses geopolíticos y económicos. Esta dualidad se evidencia claramente en dos casos recientes: Venezuela y Ucrania. Por un lado, Venezuela es constantemente señalada por Estados Unidos como una dictadura, a pesar de que el presidente Nicolás Maduro ha ganado las elecciones en un proceso supervisado por observadores internacionales, y sumado a eso desde que el chavismo esta conduciendo el país han convocado a mas de 30 elecciones democráticas. Sin embargo, lo que realmente parece molestar a Washington no es el proceso electoral en sí, sino las políticas internas de Maduro, especialmente cuando defiende del petróleo y sus bienes comunes. Al controlar sus propios recursos, Venezuela desafía los intereses de las corporaciones multinacionales, lo que convierte a Nicolás Maduro en un enemigo a los ojos del establishment estadounidense. Por otro lado, en Ucrania, el presidente Volodímir Zelenski ha tomado medidas drásticas que incluyen la prohibición de elecciones a presidente, bajo el pretexto de la guerra en curso. A pesar de estas acciones antidemocráticas, Estados Unidos sigue apoyando a Zelenski y lo presenta como un defensor de la libertad. ¿Por qué? Porque su gobierno ha abierto las puertas a corporaciones como BlackRock, permitiendo una venta masiva de activos estratégicos del país a intereses privados extranjeros. En este caso, la falta de elecciones no es un problema, ya que el régimen ucraniano se alinea con los intereses económicos y geopolíticos de Estados Unidos y la OTAN. Este doble estándar demuestra que, para Estados Unidos, la defensa de la democracia y la libertad es selectiva y está subordinada a la protección de sus propios intereses globales. Cuando un país se niega a subordinar su soberanía a las grandes corporaciones y decide tomar el control de sus recursos, es rápidamente etiquetado como una dictadura. Pero cuando un gobierno se pliega a los intereses estadounidenses, incluso al costo de la soberanía y la democracia, es aclamado como legítimo y apoyado sin reservas. Es fundamental que los pueblos del mundo tomen conciencia de estas manipulaciones y cuestionen las narrativas impuestas por aquellos que buscan mantener su dominio bajo la fachada de la democracia y la libertad. y en ese marco tampoco olvidar la manipulación de las empresas de comunicación.

El legado de Fidel Castro en el deporte Cubano y su reflejo en los juegos olímpicos

Por Alejandro Garzón En cada edición de los Juegos Olímpicos, el mundo es testigo de la increíble capacidad de las y los atletas cubanos, quienes, a pesar del bloqueo económico impuesto por los EE.UU sortean las adversidades y logran destacarse en múltiples disciplinas. Los éxitos de Cuba en la arena internacional no son solo una muestra del talento y la dedicación de sus deportistas, sino también del compromiso histórico de la Revolución Cubana con el desarrollo integral del ser humano, especialmente en el ámbito deportivo. Fidel Castro, el líder histórico de la Revolución, comprendió desde un principio que el deporte no debía ser un privilegio de unos pocos, sino un derecho de todos. Su visión transformadora hizo del deporte una parte esencial de la vida en Cuba, un país donde el acceso al ejercicio físico y la competición es un derecho garantizado para todos. En este sentido, Fidel expresó una vez: “El deporte no es en nuestra patria un instrumento de la política; pero el deporte sí es en nuestra patria una consecuencia de la Revolución.” Esta afirmación encapsula el profundo impacto de la Revolución en el desarrollo del deporte en Cuba. Antes de 1959, la participación en actividades deportivas estaba restringida a una élite privilegiada, dejando al resto de la población sin oportunidades de desarrollar sus habilidades atléticas. Con el triunfo revolucionario, Fidel se propuso cambiar esta realidad, democratizando el acceso al deporte y convirtiéndolo en un vehículo para la salud, la educación y la inclusión social. Los Juegos Olímpicos han sido un escenario donde los valores de la Revolución se han manifestado con fuerza. Los atletas cubanos, formados bajo un sistema que prioriza la igualdad de oportunidades y el bienestar colectivo, han alcanzado logros impresionantes, desde medallas en boxeo y atletismo hasta el dominio en deportes como el judo y la lucha. Cada victoria olímpica de Cuba es una victoria de la Revolución, una muestra de cómo un país pequeño puede competir al más alto nivel gracias a un enfoque integral en la preparación y el desarrollo de sus ciudadanos. Fidel Castro, consciente del poder transformador del deporte, impulsó políticas que han permitido a generaciones de cubanos y cubanas desarrollarse no solo como atletas de élite, sino como ciudadanos comprometidos con los ideales revolucionarios. En Cuba, el deporte no es solo una actividad física, sino una herramienta para la formación integral del individuo, un camino hacia la superación personal y colectiva. El éxito de los deportistas cubanos en los Juegos Olímpicos es un reflejo de esta filosofía. A pesar de los desafíos económicos y las dificultades impuestas por el bloqueo, Cuba ha logrado construir un sistema deportivo que es ejemplo a nivel mundial. Esto se debe, en gran parte, a la visión de Fidel, quien entendió que el deporte podía ser una fuerza unificadora y un símbolo del progreso alcanzado por la Revolución. Así, cada medalla obtenida por un atleta cubano en los Juegos Olímpicos es más que un logro personal; es una reivindicación del proyecto revolucionario, una demostración de que, en Cuba, el deporte es una expresión de la igualdad, la solidaridad y la resistencia de un pueblo que no se rinde. #FidelPorSiempre, no solo como el líder que guió a Cuba hacia la independencia y la dignidad, sino como el visionario que hizo del deporte un pilar fundamental del desarrollo humano en la isla.

La Fuerza del Poder Popular

Por Alejandro Garzón El poder popular es la esencia misma de la democracia genuina, una fuerza que emana directamente de la participación activa y consciente del pueblo. No se trata solo de ejercer el derecho al voto cada dos o cuatro años, sino de involucrarse constantemente en la toma de decisiones que afectan nuestras vidas y nuestras comunidades. Es la verdadera expresión de la soberanía del pueblo. Este poder reside en la organización y la movilización de las bases, en la capacidad del pueblo para unirse y luchar por sus derechos y por una sociedad más justa e igualitaria. Es la voz colectiva que se alza contra las injusticias, la que demanda transparencia, equidad, distribución de la riqueza y respeto. Es la manifestación del derecho a decidir nuestro propio destino sin depender de las imposiciones de quienes ostentan el poder económico o político. El poder popular se construye día a día, en cada asamblea barrial, en cada marcha, en cada acto de solidaridad etc. Es el empoderamiento de los sectores más vulnerables, aquellos a quienes el sistema muchas veces ignora o margina. Es la educación popular, que nos enseña a cuestionar, a criticar y a proponer alternativas viables para transformar nuestra realidad. Para que el poder popular sea efectivo, necesitamos confianza en nuestras propias capacidades, un objetivo claro y la fuerza de la unidad. Debemos fomentar la participación activa, la cooperación y el sentido de comunidad. Es fundamental reconocer que cada una y cada uno de nosotros tiene un rol importante que desempeñar, y que nuestras acciones, por pequeñas que parezcan, pueden generar grandes transformaciones. El poder popular es la convicción de que juntos y juntas podemos construir un mundo más equitativo y humano. Es la resistencia ante la adversidad, la firmeza en nuestros principios y la pasión por la justicia social. Recordemos siempre que el poder está en el pueblo y que, cuando nos unimos, somos imparables. Es momento de levantar la voz, de organizarnos y de trabajar incansablemente por el bienestar de todas y todos. El poder popular es nuestro derecho y nuestra responsabilidad. Hagámoslo nuestro y construyamos juntos el futuro que merecemos.

La Precarización del Trabajo: La Cruda Realidad de los Trabajadores de PedidoYa

Por Alejandro Garzón La imagen de un trabajador en bicicleta, empapado hasta los huesos, luchando contra la lluvia torrencial y las calles inundadas de Río Gallegos, es un reflejo desgarrador de la precarización laboral que enfrentan muchos en nuestro país. Este trabajador de PedidoYa, en su lucha diaria por ganar un sustento, personifica la dura realidad de miles que, bajo la fachada de la economía de plataformas, ven erosionados sus derechos y su dignidad laboral. El modelo de negocio de empresas como PedidoYa se sustenta en la precarización de sus trabajadores y trabajadoras. Estos, muchas veces considerados «colaboradores independientes,» carecen de los beneficios básicos que debería ofrecer cualquier empleo digno. No tienen acceso a una obra social, vacaciones pagadas, aguinaldos ni aportes jubilatorios. Esto los deja en una situación de vulnerabilidad extrema, donde deben asumir todos los riesgos laborales sin el respaldo de la seguridad social. La imagen del repartidor en bicicleta en medio de una inundación ilustra la indiferencia de estas multinacionales hacia las condiciones laborales de sus trabajadores. No importa si llueve, truena o hay una tormenta, el algoritmo no descansa y las demandas de entrega deben ser cumplidas. Esta deshumanización del trabajo, donde se prioriza la eficiencia y el lucro sobre la salud y seguridad de los trabajadores y trabajadoras, es una muestra clara de cómo la precarización se ha normalizado. Y sumado a eso, pedalean entre 6 y 8 horas y en muchos casos más, sin importar las inclemencias del clima y los riesgos de la calle, especialmente en ciudades grandes. La pandemia expuso aún más estas desigualdades. Mientras muchos pudimos trabajar desde la seguridad de nuestros hogares en teletrabajo, que es un tema que hay que seguir discutiendo, las y los trabajadores de plataformas siguieron en las calles, exponiéndose al virus para mantener nuestras vidas lo más normales posible. Sin embargo, este sacrificio no se tradujo en reconocimiento o mejoras laborales. La precarización siguió su curso, con aumentos de demanda y una competencia feroz que obliga a los trabajadores a aceptar condiciones cada vez más desfavorables. El mundo del trabajo hoy favorece a los grandes grupos económicos y desfavorece a las y los trabajadores. Los gobiernos acceden sin chistar a los beneficios que estas empresas exigen, como las reformas laborales a medida del empresariado. Estas reformas, lejos de proteger a las y los trabajadores, buscan flexibilizar aún más el mercado laboral, facilitando despidos y reduciendo costos laborales a expensas de los derechos de quienes más lo necesitan. En este marco es urgente que el movimiento obrero sea mas internacionalista y se una con jornadas, huelgas y campañas internacionales en la lucha contra la precarización laboral en el mundo, porque no es una batalla que se pueda ganar en cada país de manera aislada; es una lucha global, ya que las multinacionales que perpetúan estas condiciones operan en todo el mundo. Empresas como Uber, Amazon y Glovo, al igual que PedidoYa, están presentes en múltiples países, imponiendo un modelo de negocio que prioriza el beneficio económico sobre los derechos humanos y laborales de las y los trabajadores. Un ejemplo de la lucha global es como lo fue en el Reino Unido, que los repartidores de Deliveroo han organizado varias huelgas y manifestaciones para exigir un pago justo, mejores condiciones laborales y el reconocimiento de sus derechos como trabajadores. En marzo de 2021, miles de repartidores se unieron en una huelga en Londres y otras ciudades, exigiendo un salario mínimo garantizado y beneficios básicos como el seguro de salud y vacaciones pagadas. Esta movilización recibió el apoyo de sindicatos como el Independent Workers Union of Great Britain (IWGB), que ha sido fundamental en la organización y visibilidad del movimiento. En España, los repartidores de aplicaciones, conocidos como «riders», han llevado a cabo numerosas protestas y acciones legales para mejorar sus condiciones laborales. En 2020, la «Ley Rider» fue aprobada, reconociendo a los repartidores como trabajadores asalariados en lugar de autónomos, otorgándoles acceso a derechos laborales básicos. Este cambio legislativo fue resultado de años de presión y movilización por parte de los repartidores y sus aliados sindicales y políticos. En Estados Unidos, los trabajadores de Amazon han organizado huelgas y manifestaciones, especialmente durante la pandemia de COVID-19, para exigir mejores condiciones de trabajo y medidas de seguridad. En abril de 2021, un esfuerzo significativo fue la campaña de sindicalización en el almacén de Amazon en Bessemer, Alabama. Aunque la campaña no tuvo éxito en esa ocasión, atrajo la atención mundial y subrayó la necesidad de una mejor organización y apoyo a nivel global. En Europa, los trabajadores de Amazon también han participado en huelgas coordinadas. En noviembre de 2020, los empleados de Amazon en Alemania, Francia y otros países europeos se unieron en una huelga durante el Black Friday, uno de los días de mayor venta del año, para protestar contra las condiciones laborales y exigir mejores salarios y beneficios. En Argentina, los repartidores de aplicaciones como Rappi, Glovo y PedidoYa también han protagonizado movilizaciones significativas. En 2019, realizaron varias protestas y paros nacionales, denunciando la precarización laboral y exigiendo mejores condiciones de trabajo, salarios justos y el reconocimiento de sus derechos laborales. La lucha se intensificó durante la pandemia, cuando los trabajadores esenciales de delivery continuaron trabajando sin las medidas de protección necesarias y con salarios insuficientes. Estos movimientos han contado con el apoyo de organizaciones sindicales y sociales, que han visibilizado la necesidad de una regulación adecuada para proteger a los trabajadores de plataformas. Estos ejemplos demuestran cómo las y los trabajadores en diferentes países pueden unirse y coordinar sus esfuerzos para enfrentar a las grandes corporaciones que practican la precarización laboral. La solidaridad y la organización internacional de las y los trabajadores son esenciales para lograr cambios significativos y sostenibles. El movimiento obrero debe seguir el ejemplo de estos trabajadores y luchar juntos, cruzando fronteras y apoyándose mutuamente, para garantizar que todos tengan acceso a condiciones laborales justas y dignas. Porque ningún ser humano debería tener que arriesgar su vida y su salud para

¡Viva la Revolución Bolivariana!

Por Alejandro Garzón La reciente victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de Venezuela, anunciada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) es un hito significativo que merece ser celebrado. Este triunfo no solo representa la reafirmación del liderazgo de Maduro, sino también la resistencia y la determinación del pueblo venezolano frente a las adversidades. Durante meses, la extrema derecha, con el apoyo de grandes empresas de comunicación hegemónicas de gran parte del mundo, ha intentado deslegitimar el proceso electoral y sembrar dudas sobre su legitimidad. Estos intentos no son nuevos; forman parte de una campaña internacional constante de desinformación y manipulación que busca socavar la moral del pueblo de Venezuela. A pesar de estar asediado por un bloqueo económico y sanciones impuestas por Estados Unidos, el pueblo venezolano ha demostrado una y otra vez su capacidad de resistencia. La extrema derecha, encabezada por figuras como Corina Machado, ha intentado instalar un discurso de odio y división, incluso pidiendo la invasión militar de su país solo porque gobierna un presidente que no se arrodilla ante los intereses del imperio yanki. Sin embargo, el pueblo ha respondido con amor, unidad, firmeza y convicción. El mensaje que ha prevalecido en Venezuela por parte del chavismo y otros partidos políticos no oficialistas no solo durante la campaña, sino en todo momento, ha sido claro: paz, respeto por los resultados y un llamado constante al diálogo. Nicolás Maduro ha insistido en la importancia de construir un país para todos, donde las diferencias políticas se resuelvan mediante el entendimiento y la cooperación. Es crucial destacar que el pueblo venezolano no se deja engañar por los intentos de la derecha de imponer un cambio que solo beneficiaría a las élites y al gobierno de los EE.UU. La Revolución Bolivariana ha sido un faro de esperanza y justicia para muchos, y su continuidad es vital para garantizar un futuro donde la dignidad y la soberanía del pueblo sean respetadas. En este contexto, no podemos dejar de reconocer y celebrar el valor y la perseverancia de los venezolanos y las venezolanas. Su lucha es un ejemplo para toda América Latina y el mundo. La victoria de Nicolás Maduro es la victoria de un pueblo que defiende con coraje su derecho a decidir su propio destino. Desde el Sur de Argentina, alzamos nuestra voz en solidaridad con Venezuela y su Revolución Bolivariana. ¡Viva Venezuela libre y soberana! ¡Viva la Revolución Bolivariana! ¡Viva Chávez! ¡Viva Maduro!

Soldada Patriótica Niega el Saludo a María Machado en Plena Elección Venezolana

Por Alejandro Garzón En un momento que quedará marcado en la memoria de muchos, durante las elecciones en Venezuela, la reconocida figura opositora María Corina Machado intentó extender su mano hacia una soldada patriótica, buscando un gesto de cordialidad. Sin embargo, la soldada, con firmeza y dignidad, rechazó el saludo, enviando un claro mensaje de lealtad y compromiso con los valores que defiende. Este acto, que se desarrolló en medio de un clima electoral decisivo, simboliza la fortaleza y determinación del pueblo venezolano, especialmente de aquellos que están al servicio de la patria. La negativa de la soldada no solo fue un rechazo a un gesto político, sino una reafirmación de su compromiso con la soberanía y la integridad de Venezuela. Es importante destacar y felicitar a esta valiente soldada, cuyo nombre aún no ha sido revelado, por su firmeza y valentía. Su acto no es solo un reflejo de sus principios personales, sino también un recordatorio de que, en tiempos de sanciones económicas y desafíos, hay quienes están dispuestos a mantener la dignidad y el honor de su nación por encima de cualquier presión o influencia externa. En un momento donde la política venezolana atraviesa aguas turbulentas por el ataque permanente de la derecha fascista, gestos como el de esta soldada renuevan la esperanza y la confianza en aquellos que velan por la protección y el bienestar del país. La soldada ha demostrado que la lealtad a la patria y a sus valores no puede ser fácilmente socavada, y su acción resuena como un eco de resistencia y orgullo en el corazón de Venezuela. ¡Bravo a esta soldada patriótica por su valiente gesto! Que su ejemplo inspire a muchos más a seguir firmes en la defensa de la nación y sus principios. ¡Viva Venezuela

La Exención del Impuesto a las Ganancias para los Petroleros: Un pacto político y económico a espaldas del pueblo

Por Alejandro Garzón Ayer, los medios de comunicación dieron la noticia del Secretario General del Sindicato Petrolero, Gas Privado, y Energías Renovables, Rafael Güenchenen, presentando la exención del impuesto a las ganancias como un triunfo rotundo. Pero, como suele suceder, no todo lo que reluce es oro, y es nuestro deber desenmascarar la realidad detrás de este supuesto logro. Estamos de acuerdo en que los trabajadores petroleros merecen la exención del impuesto a las ganancias. No obstante, no podemos aceptar que esta medida se obtenga sacrificando el bienestar y los intereses de toda la clase trabajadora. Como decimos siempre, el salario no es ganancia. Mientras tanto, Milei se dedica a eximir de impuestos a las empresas transnacionales y avanza con una reforma laboral que beneficia a los empresarios y arrebata derechos al movimiento obrero. La reciente «victoria» anunciada por Rafael Güenchenen, sobre la exención del impuesto a las ganancias para el sector petrolero, es en realidad una cortina de humo que encubre una maniobra política turbia. La estrecha colaboración entre Claudio Vidal y Javier Milei queda al descubierto con esta medida. Este acuerdo no ha surgido por azar. La aprobación de la Ley Bases que garantizo el Gobernador Vidal con sus Senadores y Diputados y la inminente firma del acta del Pacto de Mayo, como lo ha anunciado el jefe de Gabinete Guillermo Francos, son prueba palpable de un plan tramado en secreto. Estos arreglos, negociados a puertas cerradas, demuestran la subordinación a los intereses de los poderosos. Vidal ha logrado tranquilizar a medias el frente interno con esta exención, pero a un costo exorbitante. Su verdadera prioridad es satisfacer a los grandes grupos económicos y someterse a los caprichos y aprietes de Milei, en lugar de defender los derechos de todos los trabajadores de la provincia, quienes nuevamente deberán enfrentar el impuesto a las ganancias. Este movimiento calculado busca sofocar la crítica, el descontento y la resistencia de un sector crucial, mientras se avanza con una agenda privatizadora y neoliberal. Es crucial que los trabajadores permanezcamos atentos, organizados y unidos ante estas maniobras. La exención del impuesto a las ganancias no es un gesto genuino, sino una estrategia para dividir y neutralizar la lucha obrera que se avecina. Los trabajadores petroleros no deben dejarse engañar: sus derechos están siendo usados como moneda de cambio en un juego político que solo beneficia a unos pocos. Exigimos a quienes gobiernan Santa Cruz que sean transparentes y leales a los verdaderos intereses de toda la clase trabajadora, no solo a un sector. El gobierno nacional, que ha mostrado poco interés en el bienestar de los trabajadores, acaba de publicar la reglamentación de la reversión del impuesto a las ganancias. En el artículo 7 del decreto Nro. 652/2024, se aclara que el «personal de pozo» estará exento de este impuesto. En definitiva, la exención del impuesto a las ganancias para los petroleros es otro ejemplo de cómo se manipulan las necesidades de los trabajadores para beneficiar a intereses ajenos. Aunque representa un logro para el «personal de pozo» deja fuera a otros sectores de la industria petrolera. Esta maniobra, divide y debilita la unidad del movimiento obrero. Los efectos negativos de este pacto se verán pronto, sobre todo con la privatización inminente de la empresa YCRT. Tal como hacían los compañeros de la CGT de los Argentinos, debemos mantenernos firmes y exigir una solución justa y equitativa para todos los trabajadores y trabajadoras, sin ceder ante intereses que buscan dividir y debilitar la lucha obrera.

La Argentina de Milei: 50 Pymes Cierran por día, una crisis de deshumanización

Por Alejandro Garzón En la Argentina de Javier Milei, donde se pregona la libertad económica y la eliminación del Estado, nos enfrentamos a una realidad alarmante: 50 pymes cierran sus puertas cada día. Este dato, revelado por el titular de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales, Leo Bilanski, no es solo una cifra fría, sino el reflejo de una crisis profunda que atraviesa nuestra sociedad, una crisis de deshumanización. Cada cierre de una pequeña y mediana empresa representa un golpe devastador a nuestra economía y nuestro tejido social. Las pymes no son solo unidades económicas; son el corazón de nuestras ciudades y barrios, generadoras de empleo y oportunidades para miles de trabajadores y trabajadoras. Sin embargo, en el modelo económico de Milei, donde se privilegia a los grandes capitales y se desmantela el tejido social, los trabajadores son expulsados a la pobreza. Despojados de sus empleos, enfrentan la incertidumbre y la desesperanza. Familias que antes vivían con dignidad, ahora luchan por sobrevivir en un entorno cada vez más hostil y deshumanizado. La deshumanización no es solo económica. Es una crisis de valores, donde el individuo y su bienestar se ven relegados ante el avance de políticas que benefician a unos pocos poderosos. La destrucción de nuestras pymes es el síntoma de una enfermedad más profunda: la pérdida de la empatía y la solidaridad en la construcción de nuestra sociedad. El modelo económico de Javier Milei está conduciendo al país a un abismo. Las pymes, que son las principales fuentes de empleo y motores del desarrollo local, están siendo exterminadas bajo un régimen que solo beneficia a las grandes corporaciones y a los sectores más privilegiados. Esta política de desregulación extrema y desmantelamiento del Estado ha generado una crisis sin precedentes, condenando a miles de trabajadores y trabajadoras a la miseria. Este modelo económico que nos arrastra hacia la pobreza y a la indigencia debemos enfrentarlo con mas organización popular. En ese sentido debemos luchar por una Argentina donde cada pyme tenga la oportunidad de crecer y prosperar, donde cada trabajador pueda vivir con dignidad y seguridad. Porque un país que abandona a sus pymes y a sus trabajadores, abandona su futuro y su alma.

Viva el Internacionalismo Proletario: Un Llamado a la Unidad Global

Por Alejandro Garzón En un mundo marcado por desigualdades crecientes y conflictos devastadores, las palabras de Fidel Castro, pronunciadas en un acto en Rusia, resuenan con una fuerza renovada y urgente. «¡Viva el internacionalismo proletario!» exclamó el líder revolucionario, recordándonos la importancia de unir fuerzas más allá de las fronteras nacionales para enfrentar las injusticias y desafíos que enfrentamos hoy. El internacionalismo proletario, que alguna vez fue el faro de esperanza para millones de trabajadores y trabajadoras alrededor del mundo, debe ser revitalizado en nuestra lucha actual. Hoy, más que nunca, es crucial que los pueblos de todas las naciones se unan en una causa común contra la opresión, la explotación y la violencia que azotan nuestras sociedades. Los tiempos que vivimos nos exigen solidaridad y acción conjunta. Las políticas neoliberales y capitalistas han exacerbado la desigualdad, despojando a las y los trabajadores de sus derechos y dignidad. En América Latina, Asia, África, Europa y más allá, vemos un patrón de represión y explotación que sólo puede ser combatido a través de la unidad internacional. El llamado de Fidel no es simplemente una evocación del pasado; es una invitación a construir un futuro donde la justicia social, la igualdad y la paz sean pilares fundamentales. Los movimientos populares, sindicatos, partidos políticos y organizaciones sociales deben fortalecer sus lazos, intercambiar experiencias y apoyarse mutuamente en esta lucha global. En Argentina, como en tantas otras partes del mundo, enfrentamos desafíos monumentales. Las medidas económicas regresivas, la represión de las protestas sociales y el desmantelamiento de derechos conquistados son solo algunas de las batallas que libramos diariamente. Pero no estamos solos. Nuestra lucha es parte de una lucha mayor que abarca todos los rincones del planeta. El internacionalismo proletario nos enseña que la verdadera emancipación no conoce fronteras. La lucha por la justicia y la igualdad debe trascender las diferencias nacionales y unificar a los oprimidos del mundo entero. Así como las y los trabajadores argentinos se levantan contra la explotación y la devastadora situación económica, también lo hacen en otros países. Es nuestra responsabilidad apoyarnos y aprender unos de otros. Las palabras de Fidel son un recordatorio poderoso de que, unidos, somos más fuertes. Alzamos nuestras voces en un clamor unificado por un mundo más justo, donde cada ser humano pueda vivir con dignidad y respeto. Viva el internacionalismo proletario, viva la unidad de los pueblos. Porque sólo juntos, a través de la solidaridad y la acción colectiva, podemos construir un futuro donde prevalezcan la justicia, la igualdad y la paz.

La Hipocresía de Trump y la Dignidad de los Líderes Latinoamericanos y Caribeños

Nota Opinión | Alejandro Garzón Recientemente, hemos visto a líderes de Latinoamérica y el Caribe repudiar el ataque a Donald Trump en un acto partidario. Este gesto de solidaridad y respeto humano contrasta drásticamente con las actitudes que Trump y diversos gobiernos de Estados Unidos han tenido hacia nuestros presidentes y pueblos a lo largo de la historia. La diferencia es abismal, y nos obliga a reflexionar sobre quién es realmente el mal del mundo. Mientras los líderes del sur defienden la paz y la democracia, Trump y sus predecesores han sido responsables de guerras, invasiones y asesinatos. El sur ha sido víctima de operativos mediáticos destinados a desestabilizar gobiernos legítimos, creando caos y sufrimiento en nuestras tierras. La intervención en América Latina no es una novedad; es una constante en la política exterior estadounidense, siempre con el objetivo de mantener su hegemonía a costa de la soberanía de nuestras naciones. El repudio ante el intento de asesinato de los líderes latinoamericanos y caribeños a Trump a muestra una altura moral que contrasta con la política del miedo y la coerción que Estados Unidos ha desplegado históricamente en la región. La dignidad de nuestros líderes es una muestra de que, pese a las agresiones, seguimos firmes en nuestros valores de respeto y solidaridad. Es irónico que Trump, un hombre que ha promovido el odio, la división, el individualismo y el desprecio hacia otros pueblos, reciba el apoyo de aquellos a quienes ha denigrado. Pero esta es la grandeza de nuestros líderes: no se dejan llevar por el rencor, sino que actúan desde la justicia y la ética. Debemos preguntarnos quién es realmente el mal del mundo. Los hechos hablan por sí mismos. Mientras el norte despliega violencia y manipulación, el sur responde con dignidad y humanidad. Esta diferencia abismal no solo revela la hipocresía de Trump, sino que también resalta la nobleza de la mayoría de las y los líderes de Latinoamérica y el Caribe. Es tiempo de reconocer quiénes son los verdaderos defensores de la paz y la democracia. Es tiempo de levantar nuestras voces y exigir un mundo donde el respeto y la soberanía de cada nación sean prioridad, por encima de los intereses de poder y dominación.