40 años de una identidad política
Como militante de un sindicato como ATE, quiero expresar que un día como hoy, 6 de noviembre de 2024, hace 40 años un grupo de compañeros, con profunda solidaridad de clase, honestos, convencidos, con valores profundamente humanistas, sin ningún interés personalista y con la única intención política de recuperar la democracia y con ello nuestra ATE a través del voto de los compañeros y compañeras inició un desafío. Este desafío, en una fecha como hoy, tuvo un punto de comienzo, con vocación pluralista y dispuestos a volver a poner a ATE netamente al servicio de las y los Trabajadores del Estado. Ese había sido el compromiso con el que ganaron las elecciones enfrentando a un representante de la dictadura militar. Es justo reconocer que la historia no empieza cuando uno llega, ni termina cuando uno se va. Y debo dejar en claro que nosotros, los que hace un tiempo venimos siendo parte de esta historia y que no somos tan viejos, y a partir de quienes asumieron también el compromiso de recuperar nuestra memoria histórica como organización sindical, hemos podido conocerla y no nos olvidamos de lo que significó fundar nuestra Agrupación ANUSATE, y los años de militancia ininterrumpida, y de los contratiempos sufridos por los distintos atropellos dictatoriales, y el esfuerzo por reorganizarse territorialmente en el país y convencer sobre que era posible volver a tener una herramienta política-sindical. Desde ANUSATE surgió la voz y la expresión política de las y los Trabajadores en la calle. Por eso digo que no hay que olvidarse de la historia. Cada uno de nosotros en estos largos años, o mejor dicho desde la fundación de ANUSATE, fuimos constructores de una identidad política, pero por sobre todas las cosas aprendimos a bancarnos en las malas sin egoísmo, y ayudándonos siempre desinteresadamente porque había algo superior que nos unía: ese algo era ATE. Costó años hasta que ANUSATE pudo ser la agrupación de las y los trabajadores del Estado que fue capaz de liderar un nuevo protagonismo organizativo y de crecimiento, llegando al sindicato con espíritu plural y participativo, ya sin Estado de Bienestar. Ojalá que, al cumplirse hoy 40 años, sigamos pensando que la prioridad son las y los trabajadores y nuestra querida ATE.