Quiero expresar mi más enérgico repudio a una nueva embestida contra nuestra democracia y federalismo en manos de la Corte Suprema de Justicia. Esta es una muestra más de la intromisión del Poder Judicial en la vida política. Ven las posibles victorias populares como amenazas a los intereses que representan. Ya ni siquiera tienen el decoro de disimular; se creen impunes en su tarea aquellos jueces que disfrutan los privilegios de una democracia que los exime de impuestos mientras boicotean su espíritu “inclinando canchas electorales”. Como bien sabemos, y porque tenemos historia en esto, el crecimiento del fervor popular incrementa los intentos de proscripción hacia nuestros y nuestras dirigentes. Es el momento de dar la contienda en la calle, en las mesas de debate, con la gente, en los barrios. Una democracia de baja intensidad, condicionada, débil, es lo que nos están proponiendo aquellos a quien nadie vota, pero determinan la vida de millones de personas ya actuando con la ropa de un partido político de derecha. La demostración más acabada de este último tiempo es la arremetida contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Es claro que los sectores más rancios de la derecha la quieren muerta o proscripta. Hoy las palabras que CFK nos anticipó toman una poderosa vigencia: cualquier candidatura del campo nacional y popular se encuentra bajo amenaza de extinción según el poder de fuego de Rossatti, Maqueda y Rosenkrantz (abogado de…Clarín). Otra vez la compañera Cristina tenía razón, aunque más de uno no quiso escuchar. Ratificamos nuestro acérrimo compromiso con la Democracia y los derechos históricos que supimos conseguir para elegir de manera transparente a nuestros y nuestras representantes en los procesos electorales. De nada sirve esconderse o ser serviles ante estos poderes fácticos y antidemocráticos: sin Federalismo no hay patria verdadera. Y sin dar esa lucha, gana la derecha, esa que hoy tiene en la Corte Suprema, su mentora y promotora. Y vamos a estar, desde Santa Cruz, en el corazón de esa defensa.